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viernes, 23 de diciembre de 2016

Felices fiestas y muy feliz año nuevo 2017






jueves, 15 de diciembre de 2016

LA NOCHE DE LOS LÁPICES - Rogelio Botanz


El 16 de septiembre, y días posteriores, de 1976, diez estudiantes de entre 16 y 18 años fueron secuestrados y torturados, en la Plata, Argentina.
Claudio de Acha, Gustavo Calotti, Maria Clara Ciocchini, Pablo Díaz, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Patricia Miranda, Emilce Moler, Daniel A. Racero y Horacio Hungaro. Solo cuatro sobrevivieron.
Fue 'la noche de los lápices' de la dictadura argentina. 

"Dimito. Estoy harta de que me mires."

El barquito estaba en una botella de cristal. Llevaba años encerrado. La botella no estaba cerrada, eso es cierto. Pero no podía irse. Había una mujer, jardinera de enredaderas, que le miraba casi cada día, durante horas, con los ojos iluminados. El barquito pensó que ella imaginaba viajes y lugares por descubrir mientras le miraba. Muchas veces deseaba que lo sacara de allí para poder verla de cerca, sin ese maldito cristal. Pero ella prefería mirarlo desde lejos. Soñando, radiante y feliz, sin poder dejar de observar todos sus pequeños detalles y secretos encerrados en esas velas que habrían visto mares escondidos y amores que hacen que puedas ser tú.

El barquito quería llevarla a ver todos esos sitios, pero ella tenía miedo de que la vela se rasgara, de que el mástil cayera por una tormenta, una de esas que hace irreparable el futuro. Así que nunca se atrevió a tocarlo siquiera. No sabía qué sería de ella entonces. Se conformaba con mirarlo. De lejos.

En la casa de la calle de atrás, un pintor, colgaba en la pared su último óleo. Hipnotizado, como tantas otras veces, con la luz de aquella mujer. Se coló una noche en sus sueños y lo cierto es que, desde entonces, vivía obsesionado. Aunque lo había intentado, nunca era capaz de pintar nada que no fuera ella.
Paseando por la ciudad, alguna vez pasó por delante de un café y creyó verla sentada, escribiendo, en su mundo, ajena al resto del universo. Se paró unos instantes, pero se dijo: No. ¿Y si no es como la he soñado? ¿Y si todo cambia? Jamás. Se fue casi corriendo, no fuera que ella le reconociera y le dijera "Hola". Mejor sería seguir pintándola y mirarla de lejos a correr el riesgo de que le decepcionara.

Un día, la jardinera y el pintor llegaron, cada uno a su casa y, por primera vez en semanas, hacía frío. "Qué raro", pensaron. "Habré dejado la ventana abierta", concluyeron. "Aunque no recuerdo haberlo hecho". Dejaron las bolsas de la compra en la cocina y sintieron escalofríos ¿de dónde había salido tanto silencio? Es posible que los dos miraran a la lámpara del techo extrañados por la poca luz ¿se habría fundido una bombilla?

Pasaron por delante de la mesa del comedor pero iban tan concentrados a ver a sus musas que ni se dieron cuenta de la hoja blanca. Lo primero que vio la jardinera fueron trocitos de cristal en el suelo. Lo primero que vio el pintor, una silueta blanca recortada donde antes había la mujer a la que temía conocer. En cuanto al papel, sé que tardaron muchos días en tener el valor de leerlo.


Uno ponía:

"Dimito. Estoy harta de que me mires."

En el papel del barquito no había letras (es bien sabido que no tienen pulgares oponibles). Había color azul y todo olía a sal. Algo de luz y el eco de una canción. Y restos de lágrimas. (es bien sabido que los barquitos de las botellas también lloran con las despedidas). Y al lado de la nota, una brújula y coordenadas, junto a un caballito de cristal preguntando con todo su cuerpo.
Esperando.








***

lunes, 12 de diciembre de 2016

jueves, 8 de diciembre de 2016

YA NO HAY VUELTA ATRÁS (Náufrago- Siddharta)



Letra de Náufrago

Cavernario en rascacielos
Sedentario sin hogar
Nómada de tiempo eterno
Ermitaño que odia la soledad

Calendario de los sueños
Quien escribe tu final
Sedentario de secreto
Nadie sabe a donde ira

No me voy
Me alejo para ver mejor
Es hora de enfrentarlo
Ya no hay vuelta atrás
Naufrago, Es hora de pedir perdón
Es hora de olvidarte
De la búsqueda
De aquello
Que pudo ser

Naufrago (x2)

No me voy
Me alejo para ver mejor
Es hora de enfrentarlo
Ya no hay vuelta atrás
Naufrago, Es hora de pedir perdón
Es hora de olvidarte
De la búsqueda

Naufrago ya no hay vuelta atrás



(Náufrago- Siddharta)


jueves, 1 de diciembre de 2016

TESTAMENTO DE LOS MIÉRCOLES - Mario Benedetti

Incluso en los días en que una tiene la mirada cansada, muy a mi pesar, por la cruda realidad, paro, crisis, políticos corruptos, violencia de hecho; incluso en esos días, en que parece que no hay solución posible a tanta injusticia y desigualdad, a tantos derechos que nos recortan, a tantas libertades que nos arrebatan a diario; a pesar de la apatía de la mayoría de gente que resignada, mira al suelo porque no hay nada que ellos puedan hacer, porque las cosas son así... a veces, entras en el metro y una sonrisa de un desconocido, un gesto amable, unas palabras de Benedetti que te alimentan al alma te recuerdan que esto solo es el principio y que las cosas van a cambiar. Porque sabemos qué leyes e injusticias hemos sido capaces de cambiar en el pasado, todos juntos.
Sirva esta entrada para recordarnos a todos que debemos alimentar también nuestra alma para no perder la fe ni las ganas de seguir luchando por un mundo más justo para todos.


" Testamento de miércoles "


"Aclaro que éste no es un testamento
de esos que se usan como colofón de vida
es un testamento mucho más sencillo
tan solo para el fin de la jornada

o sea que lego para mañana jueves
las preocupaciones que me legara el martes
levemente alteradas por dos digestiones
las usuales noticias del cono sur
y la nube de mosquitos casi vampiros

lego mis catorce estornudos del mediodía
una carta a mi mujer en la que falta la posdata
el final de una novela que a duras penas leo
las siete sonrisas de cinco muchachas
ya que hubo una que me brindó tres
y el ceño fruncido de un señor
que no conozco ni aspiro a conocer

lego un colorido ajedrez moscovita
una computadora japonesa sin pilas
y la buena radio en que está sonando
el español grisáceo de la bibicí
ah la olivetti y el cepillo de dientes
no los lego porsiaca
lego tropos y metáforas de uso privado
que modestamente acuñe en la tarde
por ejemplo el astillero en que reparo mis sueños
el pájaro aleatorio que surge del crepúsculo
la cortina de lluvia que miro y no descorro
lego un remordimiento porque es aleccionante
y un poco de tristeza por que es inevitable
también mi soledad con la ilusión
de que el jueves resuelva no admitirla
y me sancione con presencias varias

lego los crujidos de mis viejas bisagras
también una tajada de mi sombra
no toda por que un hombre sin su sombra
no merece el respeto de la gente

lego el pescuezo recién lavado
como para un jueves de guillotina
una maceta con hierbabuena
y otra con un bionato que me hastía
ya que esta cargante convolvulácea
me está invadiendo el cuarto con sus hojas

lego los suburbios de una idea
un tríptico de espejos que me agrade
el mar allá al alcance de la mano
mis cóleras por orden alfabético
y un breve y curioso estado de ánimo
que todavía no se si es inocencia
o estupidez malsana
o alegría

sólo ahora lo advierto
en paredes y anaqueles y venas
en glándulas y techos y optimismos
me quedan tantas cosas por legar
que mejor las incluyo
en otro testamento
digamos el del viernesAclaro que éste no es un testamento
de esos que se usan como colofón de vida
es un testamento mucho más sencillo
tan solo para el fin de la jornada

o sea que lego para mañana jueves
las preocupaciones que me legara el martes
levemente alteradas por dos digestiones
las usuales noticias del cono sur
y la nube de mosquitos casi vampiros

lego mis catorce estornudos del mediodía
una carta a mi mujer en la que falta la posdata
el final de una novela que a duras penas leo
las siete sonrisas de cinco muchachas
ya que hubo una que me brindó tres
y el ceño fruncido de un señor
que no conozco ni aspiro a conocer

lego un colorido ajedrez moscovita
una computadora japonesa sin pilas
y la buena radio en que está sonando
el español grisáceo de la bibicí
ah la olivetti y el cepillo de dientes
no los lego porsiaca
lego tropos y metáforas de uso privado
que modestamente acuñe en la tarde
por ejemplo el astillero en que reparo mis sueños
el pájaro aleatorio que surge del crepúsculo
la cortina de lluvia que miro y no descorro
lego un remordimiento porque es aleccionante
y un poco de tristeza por que es inevitable
también mi soledad con la ilusión
de que el jueves resuelva no admitirla
y me sancione con presencias varias

lego los crujidos de mis viejas bisagras
también una tajada de mi sombra
no toda por que un hombre sin su sombra
no merece el respeto de la gente

lego el pescuezo recién lavado
como para un jueves de guillotina
una maceta con hierbabuena
y otra con un bionato que me hastía
ya que esta cargante convolvulácea
me está invadiendo el cuarto con sus hojas

lego los suburbios de una idea
un tríptico de espejos que me agrade
el mar allá al alcance de la mano
mis cóleras por orden alfabético
y un breve y curioso estado de ánimo
que todavía no se si es inocencia
o estupidez malsana
o alegría

sólo ahora lo advierto
en paredes y anaqueles y venas
en glándulas y techos y optimismos
me quedan tantas cosas por legar
que mejor las incluyo
en otro testamento
digamos el del viernes "


MARIO BENEDETTI