En Madrid somos 7,3 millones de habitantes. Y me da mucha
pena ver que casi nadie en la calle conoce Podemos. Pero voy a recordar más
cifras: somos 46,7 millones de habitantes de España y hay 400 millones de
europeos que pueden elegir quién dirige Europa en los comicios del 22 al 25 de
mayo.
Ahora sumemos los seguidores de Facebook, Twitter, entre
otros; sumemos también los posibles espectadores que ven la sexta o cuatro que
hayan podido conocer Podemos.
Antes de continuar quiero hacer una aclaración para los
lectores que no conozcan a Podemos o que no estén de acuerdo con ellos. Me
dirijo a Podemos porque de todos los partidos que se presentan a la Elecciones
Europeas, somos todos nosotros, cualquiera puede participar en sus propuestas,
en sus primarias, en sus círculos. Y las caras más visibles no son políticos de
profesión. Son ciudadanos. Con estudios, preparados, con idiomas, con trabajos.
Saben qué salarios hay actualmente y cuánto cuesta vivir si no eres del PP, del
PSOE, de CiU, de UPyD, de VOX. Saben qué es esforzarse. Saben y denuncian
cuántos desahucios hay en España, cuánta gente está en la cola de Cáritas. No niegan
la realidad porque la viven, la conocen, la sufren.
Podemos no sólo es Pablo Iglesias,
Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o Jiménez Villarejo. Podemos somos los
círculos de toda España, somos cualquiera que piense que la situación debe
cambiar urgentemente y acabar con la impunidad de una minoría que cree que la
política es un modo de enriquecerse de forma ilegal o inmoral mientras
empobrecen a la población y se ríen de ella negando su sufrimiento. Pero si
creéis que otros partidos merecen más vuestra confianza, luchad por ellos con
vuestro voto. Porque es el único
mecanismo de democracia participativa que “nos permiten usar” como para andar
despreciándolo.
Esta carta abierta a Podemos en general y a los círculos en
particular es para hacer notar que, en mi opinión, estamos confiando demasiado
en las redes y hay millones de personas que no tienen acceso a Internet o que
no les interesa. Tengamos en cuenta la edad mayoritaria de nuestra población.
Por tanto, debemos ser capaces de multiplicar nuestras acciones en las
calles, de ser mucho más visibles en los barrios, de ofrecer más alternativas
para todos aquellos que participarían si encontraran cómo hacerlo: pegar
carteles, poner mesas con folletos, llevar pegatinas en el coche, llevar
camisetas (oficiales o caseras), dejar folletos en los asientos libres del
metro, llevar a cabo acciones musicales o artísticas que nos hagan ser virales
y salir más en los medios, etc.
Me da mucha pena ver que casi nadie en la calle conoce Podemos.
Y en parte, es culpa nuestra por centrarnos tanto en las redes. Son necesarias
claro, pero son minoritarias por mucho que queramos. Yo misma intento desde el principio
colaborar, ayudar, pero no nos encuentro en la calle, en algún local, salvo
contadas excepciones como las charlas por miembros mediáticos.
Y pensé que los
círculos iban a servir para tejer esa red, ese contrapoder que ya está
creciendo en las calles junto a plataformas y asociaciones de todo tipo. Pero
me encuentro limitada siempre a las redes. ¿Cómo nos van a conocer esos 7
millones de madrileños? ¿Cómo nos van a conocer esos 46,7 millones de
habitantes de España? ¿Cómo va a cambiar el sistema Podemos si sólo les votamos
100.000 personas? Ir a por todas significa levantar el culo del sofá (me
incluyo) y “recorrer las calles”.
Así que, una vez más pregunto ¿cómo Podemos ayudar fuera de
las redes? ¿Y cómo llegamos a esos 400 millones de europeos? Porque no me conformo con sacar un triste escaño. Podemos debe tener millones de votos. Y no podemos dejarlo todo únicamente en manos
de Pablo Iglesias.
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