Una excavadora muy lenta, con mucha paciencia.
Una canción que va curando y echando fantasmas.
Un pecho.
Que está sanando.
Que algún día volverá.
Mientras, me permito llorar una vez cada dos años.
Mientras, vivo y amo todo lo que puedo.
Y si me caigo, me recojo y bailo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario