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viernes, 25 de noviembre de 2016

Marcos Ana: Decidme como es un árbol


Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte
sin cerradura y sin llave
como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvido
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque,
digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.
Marcos Ana

DEP

jueves, 17 de noviembre de 2016

PREPARA LOS REMOS


Se me enredan las piernas. 
En una palabra.
A veces, uso tus ramas,
ya ves, para no tropezar y caerme de nuevo. 

Un árbol lleno de cuentos
en otros idiomas
que rompe el cemento,
a patadas, indignado.
Prepara los remos, me susurra en tus sueños.

Raíces que tosen
con el humo de tu ciudad.
Señales de prohibido,
fronteras,
el muro mudo ignorante de los cobardes.

Aparto letras y acentos,
agujas de coser.
Es verdad,
las pesadillas son distintas.
Ya no sé por qué grito. ¿A quién le importa?

Enciendo la luz
y busco la frase de un dedal.
Estará sin terminar.
Un viejo proyeccionista
de cine mudo,
fuma espejos por respuestas en el balcón.

La espera está distraída.
Mientras, cada septiembre
construyo mi casita azul del árbol
con buzón y un columpio. 
Nunca se sabe.  Mis manos son distintas ahora.

La espera está distraída
y mientras, cada noche,
alguien lee cartas de un desconocido.
No sé si es calle o es puerto.
Nunca se sabe cuándo quién dice qué. 

Es verdad que a veces 
se enreda con las sombras,
tropieza y se cae con tus miedos.
Es verdad que sus manos son distintas ahora.

Pero, de vez en cuando 
pasa la página, 
sale y prepara los remos.
Enciende la luz,
cierra la mesita de noche,
se enreda con una palabra del dedal
y vuelve a ser barquito con cáscara de nuez.