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miércoles, 27 de marzo de 2013

PARA DESVIAR LA ATENCIÓN, DIFAMA


Como siempre, el ataque se usa para desviar la atención. Justo antes de presentar enmiendas a la ILP sobre desahucios, los del PP llaman "pseudofascistas, "proetarras" y otras lindezas a la PAH y a Ada Colau, que son totalmente falsas y sólo sirven para tapar lo importante: nuestros derechos.

Esta campaña de difamación coincide con un plazo muy importante que gracias a los que nos gobiernan está pasando desapercibido: "este martes ha terminado en el Congreso el plazo para presentar enmiendas a la Iniciativa Legislativa Popular registrada con el respaldo de casi millón y medio de firmas. Es decir, los partidos deciden si aceptan la propuesta tal y como viene de la PAH o en qué quieren transformarla. Luego esas propuestas se someterán, a partir del 2 de abril, a las distintas fases del debate parlamentario".
Qué miedo le tienen a esta plataforma que lucha para parar los desahucios, que recientemente fueron declarados ilegales, por abusivos, por el Tribunal de la Unión Europea.
Una cosa es cierta. Ada y la PAH son muy peligrosos. Pueden llegar a cambiar las cosas. Y lo que es peor, demostrar a la gente que unidos podemos conseguir recuperar nuestros derechos y acabar con tanto abuso. Por eso el gobierno tiene que neutralizar al enemigo antes de que sea demasiado numeroso.
Un mundo de locos, este que nos están creando.
El Estado puede enriquecerse ilícitamente robando tus impuestos. Puede esclavizarte haciéndote creer que no hay más solución para acabar con la crisis o el déficit. Permite que los bancos roben tus ahorros, premiándolos con inyecciones millonarias ‘a cambio’ de que sigan negando el crédito al pueblo. Puede acabar con la sanidad y educación pública, primero desprestigiándola para más tarde hacer negocio con ella y convertirlas en privilegios; desahucian ilegalmente de forma denigrante y abusiva incluso a personas mayores, sin tener un mínimo de humanidad. Nos dejan sin trabajo y sin oportunidad real de autoemplearnos.
El gobierno puede una y otra vez maltratando psicológicamente y físicamente en manifestaciones pacíficas, contra personas que intentan evitar que se desahucie a alguna familia, de forma nuevamente pacífica…Es la táctica del miedo, de la coacción, de la desesperación.
Pero cuidado. A nosotros, a los ciudadanos, que no se nos ocurra siquiera ir a protestar, a manifestarnos cerca del Congreso y mucho menos abuchear a nuestros políticos en sus casas! Seremos acusados de violentos, proetarras y pseudofascistas.
 Nos convierten en la víctima del maltrato que literalmente debe pagar las costas de juicio si decide llevar a los tribunales a su maltratador.

Pero no nos engañemos. El Estado hace lo que le dejan hacer. Los que miran hacia otro lado, los que no ‘luchan’ contra ellos teniendo las ‘armas’; los medios de comunicación que se prestan a pervertir, tergiversas  la información. Los abogados y jueces que deciden no actuar contra tanta violencia siendo los únicos que entienden las leyes y saben cómo aplicarlas.

Todos ellos son tan maltratadores como el Estado. Por permitir que la desesperación acabe con el suicidio de cada vez más personas. Todos, Estado y cómplices, estáis generando una espiral que, si no se para a tiempo, acabará en estallido social no pacífico y mucho me temo que cualquier día, un abuelo a punto de suicidarse cuando le vayan a quitar su casa, decidirá no irse sólo al otro mundo.  

Y habrá sido culpa de todos  los que permitimos que se lleve a la gente a la desesperación, sin hacer nada.


la campaña de difamación de la PAH y sus motivos
http://www.eldiario.es/sociedad/PP-escraches-PAH-ILP-Congreso_0_115138993.html






jueves, 21 de marzo de 2013

SINCERICIDIO o la verdad, a veces, se convierte en la peor de las mentiras


La mentira está estigmatizada injustamente. Todos mentimos.  ¿Y tan malo es? Claro que, hay muchos tipos de mentiras. Hablemos de las blancas, las inocentes. Las piadosas.  Y a veces, la verdad, se convierte en la peor de las mentiras.

Hay millones de razones por las que no decimos toda la verdad o la disfrazamos. ¿es lo mismo ocultar datos que mentir? ¿Es lo mismo que no decir toda la verdad?

 En el trabajo es donde más mentimos: al hacer el currículum y aún más en la entrevista cuando nos preguntan sobre nuestros puntos fuertes y débiles.  La alternativa es no conseguir el trabajo. ¿quién puede culparnos de mentir cuando decimos que nuestro peor defecto es ser demasiado metódico, si eso nos abre las puertas al mercado laboral de nuevo?

Mentimos  a la gente demasiado curiosa, a los que no entienden que necesitamos un poco de espacio personal. Mentimos a los que pretenden convencernos de que ellos saben más que nadie sobre lo que tú debes hacer sin comprender que no están en tus zapatos, a los que intentan obligarnos a actuar contra nuestra conciencia contra quienes según ellos se aprovechan de nosotros.

Deberíamos mentir a un amigo cuando lo que más necesite sea un rayo de esperanza y no la cruel realidad, Deberíamos mentir si con eso conseguimos que alguien sea un poco más feliz.
 Un buen amigo no es el que hace que te estrelles con la realidad, si no el que está a tu lado en los malos momentos, apoyándote. 

La verdad tiene muchas caras y algunas acaban convirtiéndose en sádicas. Aunque también se puede decir con cuidado, sin ofender, algunos optan por hacer daño con la excusa de LA VERDAD. Pero la verdad, por muy bien que suene, sólo es necesaria si hace más bien que la mentira. 

Metira o verdad. Las dos son armas. Las dos pueden ser regalos. Sólo hay que saber cuándo usarlas.

Si pretendes acabar con la mala conciencia , quizá deberías preguntarte si esa es la única razón antes de soltar la verdad sin anestesia, como si fuera una mina antipersona. 
Si la verdad hará bien a alguien más aparte de a ti mismo, quizá sea la única razón que merece la pena para no mentir.

No es una virtud decir la verdad pase lo que pase. Es simplemente otro acto más de egoísmo, donde lo único que nos importa, somos nosotros mismos, nuestra conciencia.

Así  que, al final, ‘la verdad del tipo le pese a quien le pese’, el  sincericidio’ que decía Benedetti, al final, no es más que la peor de las mentiras:  autoconvencernos que es la mejor de nuestras virtudes, cuando en realidad es un abuso, un arma que mata.


jueves, 7 de marzo de 2013

NO ACEPTES MENOS DEL SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL o todos nos convertimos en esclavos

Si siempre hay alguien que ocupe ese puesto como cuidar de un bebé, limpiar, planchar y cocinar por 3€ la hora, nunca ofrecerán más!


NO ACEPTES MENOS DEL SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL o todos nos convertimos en esclavos