Un muro invisible
armado de segundos, minutos.
Horas. Días. Meses. Años.
Invisible. Rodeado de carreteras.
Invisible. Iluminado por el sol.
Y la lluvia. Y la noche. Y la nieve.
Desando cada día mil kilómetros
para volverlos a andar cada noche.
Caminos que conducen al mismo lugar.
Lejos, muy lejos, pero tan cerca
que me pierdo en recuerdos y en cartas.
Cartas que vienen del futuro.
Cartas que derriban muros.
Cartas que son promesas.
Desando cada día mil kilómetros
para volverlos a andar cada noche.
Cada lluvia, cada nieve.