Esta es una reflexión sobre la entrevista de Ana al Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, en el programa de anoche en la Sexta, El Objetivo. No soy periodista ni declaro ser objetiva, puesto que eso es casi imposible. Partiendo de esta obviedad, allá va mi reflexión sobre la poca objetividad que me pareció ver ayer en ese programa.
Lo primero que he notado es que, en esta entrevista, ha opinado mucho, ha afirmado mucho. En otras ocasiones Ana ha repetido multitud de veces “Yo no opino, sólo hago preguntas”.
Lo segundo, y me molesta bastante, es esa obsesión por querer que la pregunta se conteste con un SÍ o NO. Me molesta porque eso es querer quitar todos los matices que tienen las cosas, que casi nunca son blancas o negras.
Algunos parece que se mueven entre únicamente esos dos extremos absolutos, desechando la posibilidad de que haya grises. A mí, qué queréis que os diga, me interesan los grises cuando la realidad no es casi nunca blanca o negra. Me interesan especialmente los matices que ayudan a comprender mejor las cosas, el contexto y las distintas opiniones políticas.
El segundo punto enlaza con el tercero: los matices. Se pasa varios momentos manipulando y tergiversando palabras (en mi opinión, claro está), repitiendo ciertos verbos que se alejan de lo que en realidad dice y decía hace meses Pablo (hasta la hemeroteca se puede malinterpretar o tergiversar, si se sacan de contexto las cosas).
Me refiero a las partes “quitar casas, controlar los medios, impagar deuda…”
Podemos nunca ha dicho “impagar toda la deuda”, como mucho ha afirmado “impagar la parte ilegítima de la deuda”, que es como decir reestructurar la deuda. Es lo mismo.
Podemos no dice “quitar casas”, dice cumplir la ley.
Podemos no ha dado cifras de la Renta Básica y las cifras suelen venir de partes interesadas en que este país no cambie. Claro que no salen las cuentas si nos basamos en las cifras que da JP Morgan o alguien tan interesado en que todo siga igual.
Además, es lamentable que una periodista de la altura de Ana obligue a Pablo a tener que corregirla cada vez que ella dice “quitar casas”, como quien dice "roba casas". Y se está hablando de respetar las leyes de nuestro país. La constitución. Y ella sigue insistiendo en “quitar”. Eso es intentar manipular a la audiencia.
Respecto a lo de “controlar los medios”, no comparto que sea lo mismo que “proteger la libertad de los periodistas”. Lo segundo es indispensable para tener libertad democrática.
Si sólo hay dos grandes grupos y los canales públicos se politizan por el gobierno de turno, como ocurre ahora, la información nos llega sesgada. Hay que combatir que la información dependa de pocas manos. Y que el gobierno que manda pueda hacer de las teles públicas su panfleto político, como ocurre ahora.
Es urgente proteger el derecho a la información, como se deben proteger los demás derechos. Creo que estaría bien votar esa decisión entre todos.
No entiendo muy bien que algunos periodistas (Iñaki López, Andrea Ropero, Ana Pastor, etc. ) se ofendan (o al menos esa es la impresión que a mí me da) cuando alguien dice que se debería “proteger el derecho de información”, la “independencia de los periodistas” y “asegurar la pluralidad”. Os lo juro, no lo entiendo.
Echaron a Ana de la uno y a muchos otros periodistas. ¿No se acuerdan ya de eso? Tele Madrid es un ejemplo de televisión manipuladora y sesgada, RTVE también. ¿Acaso no creen que eso se debería intentar solucionar? Pues muchos creemos que sí y de forma urgente. Si a alguien hay que "controlar" es a todo aquel que intente acabar con la independencia informativa y la pluralidad.
Entiendo que no crean lo de regular: hasta ahora, regular se ha traducido en controlar. Pero no entiendo hacer pagar al nuevo por todo lo que han hecho los "viejos" durante 39 años. Y no me parece una solución aceptable, dejar las cosas como están. Porque luego votamos en función de la prensa que leemos o de las noticias que vemos. Hay muchas mentiras y tergiversaciones. Y así es imposible votar de forma libre.
Si de verdad Ana no ve ningún problema en que ciertos partidos, como Podemos, parece que no existan para RTVE, quizá debería reflexionarlo un poco más y pensar si no le molestaría que, en vez de Podemos, fuera PSOE quien no apareciera nunca. O Izquierda Unida.
No me creo que Ana vea bien que una TV pública despida a periodistas como Xabier Fortes, Juan Ramón Lucas, Toni Garrido o Pepa Bueno, entre otros, porque critican al partido de turno. No me creo que no quiera defender el derecho a la información y que le parezca que es mejor dejar las cosas como están.
En cuarto lugar, Ana, en mi opinión, tiene una actitud un poco infantil cuando le pregunta, afirma, varias veces si cree que los bancos le van a obedecer (con las viviendas vacías de los desahucios) porque sí, porque lo dice él. Le trata como si fuera tonto, como si tuviera pájaros en la cabeza o fuera un niño pequeño al que hay que decirle ¡qué ideas más absurdas, que te obedezcan porque tú lo dices!
Y al final, Pablo le tiene que recordar (¡que recordar!) que los ciudadanos del país no obedecen al gobierno, obedecen a la ley y a los jueces. Me ha parecido muy absurdo todo ese teatrillo de Ana, la verdad. No es digno de ella. Con lo grande que es en otras ocasiones, esta vez me ha dado un poco de vergüenza ajena, la verdad.
Y me entristece que le tengan que recordar que los bancos deben obedecer las leyes, no al presidente.
Me han abochornado también los intentos de hacer quedar a Pablo y a Podemos, en varias ocasiones, de “decir antes una cosa y ahora decir la contraria”. Cuando, después de escuchar la frase o el corte, venía a decir casi lo mismo. Excepto que un corte saca de contexto la frase y le quita matices.
Me ha encantado cuando Pablo le ha contestado: es que no hay matices porque el vídeo lo cortas ahí.
Y era surrealista que, al mismo tiempo que Ana le exigía matices para aclarar cortes, en otros momentos le recriminaba que no contestara con el Sí o No que ella pedía. Es decir pedía matices pero sólo cuando ella quería. Pedía sí o no, pero sólo cuando ella quería.
Creo que este Objetivo ha dejado en bastante mal lugar a Ana, porque se ha posicionado muy claramente, ha emitido demasiados juicios de valor, que contrastaba mucho con la frase tan repetida en otras entrevistas, “Yo no opino, sólo hago preguntas”.
Por otro lado, me han gustado mucho las declaraciones de Echenique. Y me ha gustado mucho la respuesta de Pablo Iglesias. Ambas muy respetuosas y muy entendibles. Echenique representa otro modo de hacer las cosas (en las que yo tampoco estoy de acuerdo, listas por sorteo o no presentarse si no tiene asegurada cierta probabilidad de éxito).
Me ha encantado la pregunta de Ana sobre hacer un gesto de buena voluntad y añadir a Echenique en la lista de Pablo. Así, el Secretario General ha podido dar esa acertadísima respuesta.
Se trata de coherencia y de dejar que elijan los votantes. Añadir a Echenique en la lista cuando tiene otra idea, de lo que debería ser Podemos, distinta al resto de candidatos de esa lista, hubiera sido un poco extraño, la verdad.
La pluralidad estaba en manos de la gente, no de ellos. Y como muy bien recalca Echenique, hay muchos que no ha podido entrar porque sólo hay 62 puestos. Ni siquiera con 100 puestos se hubiera podido alcanzar el ideal de pluralidad, debido a que hay muchos más oficios que puestos. Pero si Echenique se hubiera presentado estoy convencida de que hubiera entrado. Él mismo se negó esa posibilidad que sí tenía un alto porcentaje de probabilidad de éxito.
Por otro lado, y ya para terminar (gracias a todos lo que habéis terminado de leerlo), pese a los reproches que le he hecho, me ha gustado que Ana le haya hecho preguntas tan críticas.
No todos los políticos hubieran salido bien parados. Pero como he explicado no me ha gustado la poca imparcialidad que le he notado, en algunos momentos. Aunque eso, como la mayoría de las cosas, es muy subjetivo. Y me alegro de que, por el momento, Pablo dé tanta audiencia, lo cual le permite aparecer en algunos medios.
http://www.lavanguardia.com/television/audiencias/20141103/54418515441/salvados-audiencia-pablo-iglesias.html
Ya veremos qué pasará cuando dejen de dar esa audiencia.