LA MUCHACHA DEL SEMÁFORO-joan margarit

"Tienes la misma edad que yo tenía

cuando empezaba a soñar en encontrarte.

No sabía aún, igual que tú

no lo has aprendido aún, que algún día

el amor es esta arma cargada

de soledad y de melancolía

que ahora te está apuntando desde mis ojos.

Tú eres la muchacha que yo estuve buscando

durante tanto tiempo cuando aún no existías.

Y yo soy aquel hombre hacia el cual

querrás un día dirigir tus pasos.

Pero estaré entonces tan lejos de ti

como ahora tú de mí en este semáforo. "

Es uno de los poemas más hermosos que he leído. A Joan Margarit me lo descubrieron hace un año y cuanto más leo cosas de él, más me gusta.

Recuerdo haber escuchado un poema suyo musicado por Miguel Poveda incluido en un disco que es una maravilla llamado Desglaç. Con su voz de cante flamenco convierte poemas de varios autores catalanes en unas canciones de una belleza poco común. 
Le vi hace unos años en un concierto que dividió en dos partes: el disco nuevo y flamenco puro. En la parte de flamenco era abrir la boca y empezar a cantar y yo me veía incapaz de contener las lágrimas de la emoción. Creo que me pasé todo el concierto llorando como una idiota. El pobre chico debía estar alucinando.

ZUCKERMAN ENCADENADO de Philip Roth

"cojo frases y les doy vueltas. Eso es mi vida. Escribo una frase y le doy una vuelta. Luego la miro y le doy otra vuelta"

(...)"no experimenta el menor impulso hacia la amplitud o la autorendición (...) sino que se deja aniquilar por el triunvirato reinante, la Cordura, la Responsabilidad y el Respeto de uno mismo, diestramente secundados por sus devotos subalternos: el horario , la llúvia, el dolor de cabeza, la señal de ocupado, el atasco de tráfico y el más leal de todos a saber: la duda de última hora".

"(...) ví las ramas desnudas de arces oscuros y ví campos de nieve recién caída. Pureza. Serenidad. Sencillez. Aislamiento. Todala capacidad de concentración, toda la exhuberancia, toda la originalidad que uno pueda poseer, dedicadas en exclusiva al extenuante, exaltado y trascendente cumplimiento de la vocación. Miré en torno y me dije: así es como yo viviré"


"(...) tan ridícula la palabra como la ocurrencia, pero ahí estaba, oscureciendo cualquier otra idea digna de tal nombre (...) Volvía a sentirme perdido por albergar tan innobles expectativas en presencia de mi conciencia literaria. (...) ¿no son solamente nuestros propósitos más elevados los que nos convierten en unas criaturas conmovedoras sino también nuestras humildes necesidades y nuestras ansias?"