Arden las avenidas y los protocolos de la vergüenza.
Arden las fronteras
y las políticas migratorias.
Arden los cuerpos
y fuerzas privadas, públicas, pero privadas.
Arden las
mentiras y los recortes.
Arden las casas
vacías y las puertas derribadas.
Arden los
cementerios en el Mediterráneo.
Arden los bastones
y las cunas desahuciadas.
Arden quienes
menos tienen.
Arden las colas
de hambre.
Arden mis réplicas
y mi boca amordazada.
Arden horizontes
que el eclipse te tapa.
Arden los
nombres de los nadie que lo son todo.
Arden mis
abrazos y mis ganas de dejar que se queme todo.
Arden mis deseos
de meteorito y mis chistes de bebés sin médicos.
Un alud de incendios amenaza con devorarlo todo
y las eléctricas acaban de vaciar el último embalse.
pennylanebcn, 23/12/2022
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