MENINOS E MENINAS DA RUA

Son los niños brasileños con problemas. Abandonados por la sociedad, marginados.

Aquellos que esnifan cola de carpintero o gasolina en plena calle, aquellos que son violados, asesinados, los que suelen ir con pistola.
Son unos temibles salvajes, para muchos , aunque sólo son niños asustados que necesitan una oportunidad. Muy carentes de cariño.

Son violentos, independientes, en su casa viven sometidos a una brutal violencia, viven en garajes abandonados, o duermen en la calle, rodeados de cartones, armas, latas con cola para inhalar.

La sociedad les teme.

Cuando crecen suelen acabar en la prostitución, en la droga, en el crimen.

Y las niñas no lo tienen mucho mejor. Obligadas a realizar servicios domésticos la mayoría son violadas reiteradamente por sus patrones y los hijos de éstos. Muchas acaban también en la prostitución, y con tan sólo 7 años.

No tienen casa ni familia ni derechos. Muchos mueren violentamente a manos de grupos extremistas, sicarios pagados o por la propia policia.

La mayoria empiezan en la prostitución con diez u once anos entregándose a los redes de taxistas y duenos de hoteles que luego les proporcionan los clientes.

Entre 1988 y 1990 fueron asesinados unos 4.611 ninos en 17 de los 26 estados de Brasil, segun las estadisticas de la policia federal.

Y el gobierno no hace nada.

Cuando un niño es golpeado en la calle por un policia, todos miran, pero nadie hace nada.

La sociedad les ha abandonado.
Niños sin inocencia, sin infancia. Niños obligados a crecer demasiado pronto en una pesadilla de vida, que no es vida, sino muerte. No tienen oportunidades. Nadie cree en ellos. Nadie intenta hacer nada por ellos.





Afortunadamente hay asociaciones como el Movimiento Nacional de Meninos e Meninas de Rua,
que denuncia la marginacion y el olvido que sufren y trabajo con los mas desfavorecidos. Y muchos de los voluntarios ponen en peligro su vida al intentar cambiar esta terrible situación.
Se les acompaña al hospital porque de otra manera, no serian atendidos. Imparten clases de alfabetizacion, talleres de teatro, musica o circo.


Es un centro de apoyo donde los ninos acuden para aprender a leer o simplemente recibir calor humano .



Pero no es suficiente. Todos debemos dejar de mirar a otro lado y pedir una sociedad mejor dónde los gobiernos no permitan esta clase de atrocidades. Debemos denunciar estos hechos y reclamar, exigir que estas barbaridades terminen.